La nueva perla del baloncesto venezolano sigue quemando etapas. Hablamos de un Garly Sojo (1999 / 196 cm) que, tras su irrupción con la selección criolla y su fichaje por el equipo mexicano con traje latino, Capitanes de Ciudad de México (G-League), ya es una realidad a seguir.
Para saber más de sus inicios, hay una entrevista de Se Habla Basket que los cuenta a la perfección. Empezó a jugar al baloncesto con 9 años, pero lejos de los radares del baloncesto de allí. Una participación en un Torneo 3×3 hace ponerle en la pista a Cocodrilos de Caracas, que le integra en su estructura en 2019, dándole minutos en la LPB (3.4 pt, 3.3 re) y en la Copa LPB. Pero es con los Broncos de Caracas (Serie A) donde empieza a destacar, siendo elegido Novato del Año y llamando la atención. La Federación de Venezuela se fija en él y le hace un hueco en la U21, que jugaría el Sudamericano U21 en 2019. Allí vuelve a destacar, es el mejor de su selección e integrante del quinteto ideal del Torneo (17.6 pt, 2.4 as) .
En el inicio de 2020, donde debería empezar a romperla y ya entrenaba con Cocodrilos, el coronavirus lo paro todo, aunque él sigue trabajando individualmente y mejorando su físico. De tal forma, en otoño del mismo año firma por Broncos para jugar la Superliga venezolana, que se había aplazado, y su temporada fue de impresión (15.1 pt, 10.4 re). Sin tiempo casi para respirar, la segunda edición de la Superliga empezaba en abril de 2021 y de nuevo rayó a gran nivel (14.3 pt, 8.7 re). Al mismo tiempo, Sojo, que un inicio rechazó unirse a la vinotinto por unos temas personales y superar un problema médico, empieza a realizar sus primeras apariciones internacionales de peso con la absoluta, llamando la atención al lado de ju EB Michael Carrera. Tanto en las ventanas FIBA como en el Preolímpico (7.3 pt, 5 re) tuvo su peso en el equipo criollo. Su irrupción estaba ahí y era el momento de saltar hacia la G-League con Capitanes. Llegó con la temporada ya iniciada por problemas de visa y le costó encontrar su sitio, aunque tuvo dos partidos espectaculares (8 pa, 14 mi, 4.9 pt, 2.6 re / tope de 17 puntos).
A pesar de sus 196 centímetros es capaz de hacer el 2-3 con su cuerpo fibroso y unos muelles de impresión. Jugador que sabe adaptarse, le he visto diferentes cosas de jugar en la Superliga venezolana a hacerlo con la selección en baloncesto FIBA o en el juego americano de G-League. Lo que está claro es que es un jugador de registros. Sabe aprovechar los bloqueos para recibir el balón con ventaja e ir como una exhalación al aro, donde sabe definir. Buen conductor con balón también, tiene buen catch and shoot desde el triple, por lo que no se le debe dejar solo. En defensa, sus brazos largos y su intensidad le hacen ser un jugador pegajoso, con gran habilidad para la transición, siendo letal a campo abierto. Además, tiene instinto para el rebote (buena capacidad de salto), lo que le hace ser de gran valía a pesar de su altura.
Sojo es un jugador “virgen” sin una enorme altura y sin un tiro exterior de alta gamma, haciéndole sobrevivir su físico frente a rivales fuertes. Claramente, es un jugador que a campo abierto, o en situaciones donde solo debe definir o lanzar, se siente comodo. Sin embargo, debe ir a más en situaciones tácticas, tanto en ataque y en defensa como en la lectura del juego. A mejorar también su manejo de balón y su consistencia en el tiro exterior, que le llevarán a la élite. Su capacidad de adaptación, que ya ha mostrado en otras ocasiones, marcará su devenir, pudiendo llegar a Europa para ser un jugador más completo o seguir en América Latina con buenos contratos por su caché.